No sé si soy la persona más apropiada para hablar de The Wolf Among Us. Como fiel seguidor de Fábulas, la serie de cómics en la que se basa, soy incapaz de mirar al mundo creado por Bill Willingham con los mismos ojos que un recién llegado. Diría que la aventura de Telltale Games tiene suficiente entidad para sostenerse por sí sola, pero es innegable que la experiencia gana bastante si se conoce de antemano a los personajes y, sobre todo, su trasfondo.
De lo que sí estoy seguro es de que van a salir del juego muchísimos lectores potenciales ansiosos de profundizar más en este fascinante universo. Llegado el caso, recomiendo darle una segunda vuelta. No hace falta haber leído nada de Fábulas para disfrutar de The Wolf Among Us. Todo está bastante bien explicado y ante cualquier duda existe una útil enciclopedia in-game con abundantes fichas explicativas, pero el juego recompensa a los veteranos con algunos guiños que añaden una capa de disfrute adicional nada despreciable.
Telltale repite aquí la fórmula que tan bien le ha funcionado con The Walking Dead: una aventura gráfica que prescinde de los puzzles y el inventario para volcar todo el peso en la narrativa. En ocasiones The Wolf Among Us tiene más de película interactiva que de videojuego, y aunque por momentos la jugabilidad brilla por su ausencia puede presumir de un guión suficientemente sólido para que eso no importe demasiado.
Digo película interactiva porque es el término que suele usarse para describir este tipo de propuestas, pero sería más correcto hablar de serie interactiva. Como los anteriores proyectos del estudio, el juego es en realidad una temporada compuesta por cinco capítulos de unas dos horas de duración que ahora llegan recopilados, a modo de primera temporada, en una edición física que distribuye Badland Games. Con esta versión se estrena también subtitulado al español (neutro, pero con una traducción aceptable), una buena noticia para los que se pasaron las clases de inglés en la cafetería.
Érase una vez…
La idea de coger a los personajes de los cuentos clásicos y descontextualizarlos no es nueva, pero Fábulas es probablemente la obra de ficción que mejor lo ha conseguido. La obra de Bill Willingham no tiene ningún interés en pervertir o simplemente actualizar a los mitos de nuestra infancia, sino que va más allá, los agrupa dentro de un universo propio. Un universo contemporáneo, sí, pero coherente y tejido a su medida para resultar creíble e interesante.
¿Qué pasaría si Blancanieves, Bella, Bestia, El Lobo Feroz o los tres cerditos fueran expulsados de su mundo mágico y tuvieran que refugiarse entre los simples mortales? Willingham parte de esta premisa para dar forma a una sociedad secreta donde las viejas fábulas deben enfrentarse a problemas cotidianos mientras se esfuerzan por mantener su anonimato y olvidar sus viejos rencores. Dentro de este marco se suceden toda clase de historias de distintos tonos y géneros que sirven para una serie de reflexiones bastante inteligentes sobre la vida moderna, una vida que estos personajes de cuento ni han pedido ni parecen comprender.
The Wolf Among Us es una precuela de los cómics y se ubica en los primeros años de Villa Fábula. Su organización política todavía no está del todo asentada y el Lobo Feroz todavía tiene bastantes problemas para que se reconozca su autoridad como sheriff. Es él precisamente el protagonista de esta historia, una retorcida trama de asesinatos que le obliga a profundizar en la vida de sus vecinos, unas fábulas exiliadas con serios problemas de convivencia.
Soplaré y soplaré
El guión no desmerece en absoluto a la obra original y llama especialmente la atención lo bien tratados que están los personajes, fielmente representados y tan tridimensionales e interesantes como en las páginas del cómic. Dice mucho de las habilidades de Telltale como cuentacuentos su capacidad para hacerlos evolucionar conforme progresa la historia, alcanzando unas cotas de madurez narrativa muy difíciles de encontrar en un videojuego.
Es una pena que esta calidad se consiga a costa de sacrificar interactividad, como ya he señalado antes, y es aquí donde las creaciones del estudio norteamericano tocan hueso. The Wolf Among Us es probablemente lo mejor de Telltale hasta la fecha, pero como sus producciones anteriores peca de un registro demasiado limitado. Las escasas secuencias de acción están resueltas a través de quick time events bastante fáciles y la mayoría del tiempo la historia progresa a través de cinemáticas y diálogos.
Su sencillez y su enfoque narrativo hacen que sea un juego especialmente indicado para jugar en compañía (verlo es casi tan interesante como jugarlo) o para gente con poca experiencia en los videojuegos, pero sobre todo es una compra obligada para los amantes de las buenas historias. Resulta realmente difícil despegarse de él durante el alrededor de diez horas que dura la aventura y una vez completada resulta interesante hacer un nuevo recorrido tomando diferentes caminas para ver cómo las decisiones del jugador afectan al rumbo de una historia que no es tan lineal como podría parecer.
Similar esmero ha recibido la parte audiovisual. Precisamente por ser un desarrollo de presupuesto medio-bajo, sorprende el partido que Telltale ha sabido sacarle a su tecnología, bastante anticuada para los tiempos que corren. No hay aquí efectos deslumbrantes ni un poligonaje de nueva generación, pero la logradísima estética de cómic con texturas dibujadas a mano es amor a primera vista. Tampoco se quedan atrás las interpretaciones de los actores (en inglés) ni la música, una excelente base de sintetizadores analógicos que le da un apropiado toque retro a las escenas.
Veredicto
The Wolf Among Us es uno de esos juegos que las matan callando. Llega sin hacer ruido y su precio reducido puede llevar a pensar que no es gran cosa. Todo lo contrario, lo último de Telltale Games es uno de los lanzamientos más recomendables de estos últimos meses y un regalo excelente para esta Navidad. Es barato, está disponible para prácticamente todas las plataformas del mercado y me cuesta imaginar a alguien que no se lo pase de fábula con él (de fábula, eh, ¿lo pilláis?). Y es que incluso los detractores de las películas interactivas deben reconocer aquí que cuando algo se hace tan bien y con tan buen gusto hay que tener la cabeza muy cuadrada para no darle una oportunidad.
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