Spark Unlimited se suma, desde hoy, a la preocupante lista de estudios que han cerrado en los últimos años. La compañía ha hecho oficial el despido de todos sus empleados y la puesta en venta de todas sus propiedades a través de una subasta. Quedan cancelados, pues, dos juegos free to play en los que estaba trabajando y que todavía no habían sido anunciados. En cuanto al personal, se ha concretado que algunos de sus miembros principales han decidido «pasar página» y abandonar la industria del videojuego, mientras que otros intentarán buscar nuevas oportunidades.
No es que el cierre de Spark Unlimited vaya a ser especialmente llorado por el público. A pesar de su exitoso debut con Call of Duty: Finest Hour, lo cierto es que no ha tenido demasiada suerte con sus siguientes proyectos. Turning Point: Fall of Liberty y Legendary fueron valientes intentos de crear franquicias propias, pero su pobre ejecución los condenó a pasar por las tiendas con más pena que gloria. Sus dos últimos trabajos fueron Yaiba: Ninja Gaiden Z y Lost Planet 3, tampoco especialmente brillantes y de escaso rendimiento comercial.
Con semejante currículum no extraña el cierre, pero sí preocupa que el panorama siga tan complicado para los estudios de tamaño medio, gente con mayores ambiciones que los indies pero sin los medios para competir contra las superproducciones de Primera División.