Hoy la icónica bandera del cuartel general de Nintendo ha amanecido a media asta. La compañía japonesa ha anunciado esta madrugada que su presidente, Satoru Iwata, ha fallecido a los 55 años como consecuencia de un cáncer en las vías biliares. El directivo ya fue operado con éxito hace unos meses, pero finalmente su cuerpo no ha podido recuperarse de la enfermedad.
«En mi tarjeta de visita soy el presidente de una compañía; en mi cabeza soy un diseñador de juegos; pero en mi corazón soy un jugador», declaró Iwata en 2005, un año antes de darle la vuelta al mercado con el lanzamiento de Wii, una consola que llevó los videojuegos hasta una gran parte del público que nunca se había interesado por ellos.
Lejos de ser un empresario intercambiable como los que suelen ponerse a los mandos de las grandes compañías, Iwata comenzó como desarrollador de videojuegos, primero como programador y después como productor, y como tal nunca desvió el foco de Nintendo en lo creativo. Su primer gran éxito fue Kirby’s Dream Land, el exquisito debut de este achuchable personaje para la Game Boy original y uno de los primeros juegos de un servidor.
Al frente de Nintendo nunca dudó en ensuciarse las manos para ayudar a sus equipos. Para el recuerdo quedan las leyendas de cómo se puso a picar código para solucionar problemas técnicos en el último momento y llevar a buen puerto juegos tan importantes como Earthbound, Super Smash Bros. Melee, Pokémon Stadium y Pokémon Oro/Plata.
Tras unos últimos años en los que su figura se veía muy discutida, desde dentro de la compañía por el fracaso de Wii U y desde fuera por su obsesión por llegar al gran público, en ocasiones en detrimento del jugador más tradicional, la triste pérdida de Iwata deja a Nintendo sumida en la incertidumbre. Pero ya habrá tiempo para eso. Ahora es el momento de despedir y recordar a una importantísima figura del videojuego. Presidente y creador de sueños, pero ante todo un caballero que gobernó la casa de Mario con un señorío y una cercanía irremplazables.
Descanse en paz, Iwata-san.
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