Esta noche Sony ha puesto fin a las especulaciones desvelando los detalles finales de la tercera pata de ese taburete que es la realidad virtual. La multinacional japonesa ha jugado a la defensiva y se ha guardado sus planes de lanzamiento para PlayStation VR hasta que la competencia ha movido ficha. Finalmente será el último gran dispositivo de realidad virtual en llegar al mercado, en octubre, pero lo hará con un precio mucho más atractivo: 399 euros.
El casco de Sony se posiciona, por lo tanto, como una opción dirigida al gran público, si comparamos su precio con los 700 euros que costará Oculus Rift o los casi 900 euros de HTC Vive. Una barrera de entrada que aumenta si tenemos en cuenta que los kits de PC necesitarán un equipo de última generación, mientras que PlayStation VR está diseñado para PlayStation 4, una consola que puede comprarse por 340 euros y que ya cuenta con una base de usuarios que ronda los 40 millones.
Hay letra pequeña y es que en principio la cámara necesaria para que el chisme funcione no vendrá incluida en la caja, por aquello de que se vende por separado desde el lanzamiento de la consola y mucha gente ya la tiene en casa. En caso contrario, habría que añadir un desembolso adicional de unos 50 euros.
En cuanto al catálogo de software, otra de las grandes incógnitas, sigue habiendo más promesas que realidades. Sony ha hablado de cifras, pero poco de nombres. Hay más de 230 estudios con proyectos en desarrollo para PlayStation VR, de los cuales se espera que unos 50 lleguen a tiempo para el lanzamiento. Uno de ellos será Playroom VR, una recopilación de seis minijuegos gratuitos diseñados por Japan Studio para mostrar algunas de las posibilidades de esta tecnología. En esa línea andará también PlayStation VR Worlds, otra colección de cinco juegos de London Studio, entre los que se encuentra The Heist, un título ya utilizado en varias ferias para presentar PlayStation VR a la prensa. Otro título en la recámara es Tumble VR, un juego de puzzles basado en las físicas firmado por Supermassive Games, los creadores de Until Dawn.
Andrew House, presidente de Sony Computer Entertainment, ha mencionado durante su presentación que DICE está preparando una «experiencia de juego cinemática» de Star Wars Battlefront exclusiva para el dispositivo. Un trabalenguas que viene a significar, probablemente, que será algún tipo de demo técnica más que un soporte de realidad virtual para el Star Wars Battlefront que conocemos. Pero en fin, es Star Wars y sea lo que sea seguro que convence a más de uno para tirarse a la piscina.
Sony no ha hecho especial hincapié en las especificaciones técnicas, a sabiendas de que esa no es su guerra. La versión comercial finalmente tendrá pantalla OLED de 5,7″, con resolución de 1920×1080 (960×1080 para cada ojo), ángulo de visión de 100º, una velocidad de refresco de 90/120 Hz y 18 ms de latencia. Suficiente para proporcionar una buena experiencia de realidad virtual, pero sin alardes.
El casco incorpora 9 luces led que permiten a la cámara detectar su posicionamiento en 360º. El sistema de control, dependiendo de las necesidades de cada juego, será el mando DualShock 4 estándar o PlayStation Move (a la venta por separado, compatible con los de PlayStation 3).
Ahora que ya están todas las cartas sobre la mesa será interesante ver cómo reacciona el mercado. ¿Será PlayStation VR la puerta de entrada que escogerá el gran público para disfrutar de la realidad virtual? ¿Se decantará la balanza por la tecnología más avanzada pero también más cara y exigente de Oculus Rift y Vive? ¿Nacerán todos muertos, sin un soporte de software que justifique la compra de ninguna de las opciones? ¿O por el contrario arrasarán todos y acabaremos con la cabeza tan jodida por estos aparatos que iremos directos a la extinción de la especie? En vista de que las nuevas generaciones nacen con un teléfono móvil pegado a la mano como si fuera un tumor, mis 10 euros van para la última opción…
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