El pasado enero Ubisoft anunció que este año no habría nuevo Assassin’s Creed, una franquicia que lleva casi una década sin faltar a su cita con la campaña navideña. El evidente agotamiento de la marca y el notable descenso de calidad de las últimas entregas hicieron que la noticia fuera bien recibida por el respetable. Era inevitable hacer un parón para reinventar la fórmula.
Pero a Ubisoft se la conoce por ser una de las compañías más avispadas de la industria y cuando prometió que no habría un nuevo Assassin’s Creed, quería decir literalmente eso: que no habría ninguno «nuevo». No dijo nada acerca de no rescatar material antiguo.
La trampa ha saltado esta tarde, con el anuncio oficial de Assassin’s Creed: Ezio Collection. Saldrá a la venta el 15 de noviembre para PS4 y Xbox One y es exactamente lo que su título sugiere: una recopilación remasterizada de las tres entregas renacentistas protagonizadas por Ezio Auditore da Firenze, probablemente el punto álgido de la saga junto al dignísimo Black Flag.
El sello galo promete notables mejoras gráficas y todas las expansiones incluidas en el disco, a cambio de prescindir de los modos multijugador. Nadie los echará de menos, de lo que se trata es de recopilar la historia de Ezio al completo, así que es comprensible que Ubisoft haya decidido ahorrarse esa inversión. Su excusa, no obstante, llama la atención por pintoresca: admiten que el mejor multijugador de la serie es el de Assassin’s Creed 4: Black Flag, así que invita a los jugadores a seguir jugando online ahí.
Curiosamente esta colección llegará a las tiendas el mismo día que Watch Dogs 2, la apuesta de la casa para cubrir la ausencia de un nuevo Assassin’s Creed. De este modo, Ubisoft se hace la competencia a sí misma con dos productos dirigidos a un público similar, pero no sabría decir si lo hace por falta de confianza en Watch Dogs, por aprovechar el estreno de la adaptación cinematográfica protagonizada por Michael Fassbender o simplemente para ahorrarse los costes de que los camiones echen dos viajes. Una cosa sí está clara: un año más volverá a haber asesinos debajo del árbol de Navidad.