Después de los diez años que le ha costado a Square Enix parir la última entrega de su franquicia estrella la compañía va a agotar todas las vías a su alcance para sacarle todo el rendimiento posible. Final Fantasy XV volverá a las tiendas el 6 de marzo en dos sabores: Windows Edition, su debut en PC, y una reedición ampliada para consolas llamada Royal Edition.

Ambas versiones de este relanzamiento incluirán todas las mejoras que han ido llegando al juego base desde su lanzamiento en 2016, todo el contenido descargable del pase de temporada (tres capítulos, uno por cada uno de los compañeros de Noctis, y un modo multijugador) y otros añadidos creados para la ocasión como una cámara en primera persona, una nueva mazmorra en las ruinas de Insomnia, control directo del barco en el tramo navegable entre Cape Caem y Atlissia, enfrentamientos con jefes nuevos y un nuevo modo de ataque.

Los usuarios ya existentes que quieran conseguir estas novedades no tendrán que volver a comprar el juego necesariamente (aunque la nueva portada creada por Yoshitaka Amano resulta muy tentadora), pero sí tendrán que pagar unos 20 euros por el «upgrade». Una faena que empaña el gran trabajo de soporte que se ha hecho para limar sus asperezas gratuitamente durante todo el año pasado.

Por su parte, la versión para Windows, que se podrá comprar en la tienda de Windows 10, en Steam y en Origin, incluirá algunas mejoras de cosecha propia como el soporte para hasta 8K, texturas adaptadas para 4K, Dolby Atmos, HDR10, posibilidad de mods y varias virguerías de NVIDIA Gameworks. Eso sí, los requisitos para mover el juego con esos estándares no se los salta un chocobo: