Una mujer, aparentemente la única miembro de la tripulación con vida, despierta en una estación espacial. Ha ocurrido algún tipo de accidente y los sistemas no responden correctamente. Tampoco hay comunicación. Con una admirable calma científica, la chica comienza a analizar la situación para establecer prioridades y encontrar la manera de resolver la situación antes de que las instalaciones se vayan definitivamente al carajo.
¿Resulta familiar? Desde luego la premisa de Observation está trilladísima. Tan solo en los últimos años, faltan dedos para contar la cantidad de historias similares que han aparecido en videojuegos, cine o televisión. Y, sin embargo, Observation es una de las propuestas más originales y frescas de los últimos años. El motivo está en que todo sucede desde un punto de vista inédito: la inteligencia artificial que ayuda a gestionar la estación, un análogo del HAL 9000 de 2001: Una odisea del espacio.
El jugador no interpreta a la superviviente, sino que se encarga de operar los distintos sistemas que rigen el buen funcionamiento de las distintas salas. Cada sistema funciona mediante una interfaz única, lo que aporta una gran sensación de variedad. Inicialmente son, para entendernos, sencillos minijuegos que hay que resolver para realizar acciones básicas como abrir una puerta bloqueada o extinguir un fuego. Por supuesto, conforme avanza la historia las mecánicas se vuelven más complejas y derivan a unos puzzles facilitos pero bastante interesantes.
Además de los sistemas propiamente dichos, se puede seguir la acción a través de las cámaras repartidas por la estación y, llegado a cierto punto, incluso se puede explorar libremente a través de unas cámaras robóticas. Y cuando digo libremente, me refiero a navegación de 360º, así que mucho ojo aquellos que sufran fácilmente de mareos con los giros de cámara muy pronunciados en primera persona. Estas partes pueden llegar a ser algo confusas, por las dificultades para orientarte a gravedad cero dentro de una estación donde todas las estancias se parecen, pero están bien dosificadas y resultan muy gratificantes. Ayudan a cambiar de ritmo entre tanta cámara fija y menús de sistemas informáticos.
También ayuda a mantener el ritmo la propia historia, inicialmente muy sencilla pero que acaba evolucionando hacia un cuento de ciencia ficción relativamente ambicioso con algunos giros realmente geniales.
Angustia y claustrofobia
Visualmente, Observation es un juego que recuerda poderosamente a Alien: Isolation. El nivel gráfico es muy bueno, con un tratamiento muy plástico de todos los materiales que hace que resulten muy creíbles. La guinda es el toque lo-fi que impregna todo el diseño, desde los sistemas informáticos que parecen de los tiempos de los Amstrad hasta detalles sutiles como parpadeos o pequeñas interferencias en las cámaras. El resultado es que realmente te sientes inmerso dentro de los escenarios y, si tenemos en cuenta que la estación espacial ha visto días mejores, esto contribuye a que el mal rollo sea incluso mayor.
No Code, el estudio responsable de Stories Untold, ha querido trasladar al videojuego la verosimilitud de las novelas de ciencia ficción dura, añadiendo a la ecuación algunas gotas de terror psicológico. Es una combinación que tradicionalmente ha hecho muy buenas migas y Observation no es una excepción.
Su duración contenida (unas 6 horas) y su atención al detalle por encima de la escala facilitan que el buen gusto y la inteligencia del diseño brillen por encima de cierto encorsetamiento. Aunque, bien mirado, nunca un encorsetamiento estuvo tan bien justificado.
Veredicto
Observation no es un juego redondo ni para todo el mundo, pero su originalidad y valentía lo convierten en uno de los lanzamientos más interesantes del año. En un mercado dominado por la acción directa, el título de No Code ofrece un viaje emocional e intelectual que no tiene ningún equivalente.
Exige cierta paciencia y esfuerzo para comprender algunas dinámicas, pero se da por hecho que uno viene a Observation a pasarlo, como mínimo, un poquito mal. Compra obligada para amantes de la ciencia ficción seria y para alérgicos a los géneros preestablecidos.
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