Como desarrolladora, Blizzard tiene un currículum prácticamente intachable. ¿Como productora? No tanto. Sus colaboraciones con otros estudios para expandir sus franquicias a nuevos géneros han naufragado más que acertado, y son tristemente conocidos los casos de Starcraft: Ghost y Warcraft Adventures: Lord of the Clans, dos proyectos externalizados que, después de varios años de trabajo, acabaron cancelados debido a que no cumplían con los estándares de