Poco a poco el escaparate indie se está convirtiendo en un hervidero de metroidvanias. Tan solo hace unas semanas que salió el excelente Dead Cells y ahora le sigue los pasos la secuela de uno de los juegos que inauguró la resurrección de este género que, como su nombre sugiere, hereda el estilo de los Metroid y Castlevania primigenios. Si Guacamelee supuso una sorpresa cuando se estrenó