Los efectos de la crisis siguen provocando movimientos inesperados en la industria del videojuego. El estudio británico Splash Damage no pasa por su mejor momento tras unos años de éxitos relativos y algún batacazo comercial especialmente estrepitoso (Brink, te estoy mirando a ti) y no sería demasiado raro que se unieran a otros tantos creadores que se han visto obligados a echar la persiana en los